Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Hernán
Bonilla

Presidente y fundador

Liberalismo y ambiente

07/02/2023

La semana pasada participé del seminario Exploraciones de la Libertad organizado por la Universidad Francisco Marroquín y Liberty Fund en la ciudad de Antigua en Guatemala, cuyo tema fue “Libertad, propiedad y medio ambiente”. La participación en este evento me obligó a leer sobre un tema que había frecuentado poco, como el ambiental, con textos clásicos y abordajes contemporáneos. Además, aproveché la discusión fermental con los participantes, lo que me permite compartir algunas reflexiones con el amable lector. Existen desde la teoría económica al menos dos grandes tradiciones para el abordaje del ambiente. La primera tiene su origen en la obra Economics of Welfare de Arthur Pigou escrita en 1920 y ha marcado la forma en que en general se ha abordado el tema hasta nuestros días. La idea fundamental que se ha desprendido de este análisis -aunque el texto de Pigou es bastante oscuro- es que la regulación, los impuestos y los subsidios impuestos por el Estado deben ser la regla para lidiar con el asunto. La segunda tradición tiene un origen ampliamente reconocido en el artículo The Problem of Social Cost de Ronald Coase, publicado en 1960. Es, amén de una crítica a la visión pigouviana basado en un análisis realista de las intervenciones gubernamentales, un planteo sobre la necesidad de un cambio de enfoque, que tenga en cuenta la relevancia de los derechos de propiedad y los mecanismos de mercado. Los temas ambientales suelen brindar ejemplos típicos de la llamada “tragedia de los comunes”, esto es, el abuso que suele darse de los recursos públicos o de libre acceso, como un campo de pasturas, que conduce a su deterioro e inutilización. Los “bienes ambientales” son ejemplos de manual en que se presentan las llamadas “fallas del mercado” y las “externalidades” que han dado pie a la intervención gubernamental. Es razonable que algunos de estos asuntos requieran que el Estado fije determinadas reglas. Pero notablemente el enfoque predominante ha tenido una lógica intervencionista excesiva, mientras que la determinación precisa de derechos de propiedad, la responsabilidad de cada individuo o empresa y la cooperación libre y voluntaria a través del mercado demasiado poco espacio. La escuela del “Public Choice” ha demostrado largamente los problemas que presenta analizar una situación concreta en la realidad contra una intervención estatal teórica e idealizada y como muchas veces las llamadas “fallas del mercado” resultan problemas menores frente a las “fallas del Estado”. El problema de quien controla a quienes controlan, que tienen como todo ser humano sus propios intereses y limitaciones suele quedar fuera del análisis pigouviano que aún hoy es predominante. Quizá lo más interesante del asunto sea la posibilidad de una convergencia entre liberales y ambientalistas. Ha sido pocas veces explorada, quizá por la desconfianza basada en prejuicios que puede existir entre ambas partes. Como plantea Mark Sagoff: “Los libertarios argumentan que la mejor forma de preservar el ambiente es proteger los derechos de propiedad. Los ambientalistas argumentan que la mejor forma de proteger los derechos de propiedad es preservar el ambiente. Puede que sea el momento de examinar la convergencia -en vez de continuar asumiendo que existe un enfrentamiento- entre estas dos visiones.”