Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Agustín
Iturralde

Director Ejecutivo

Discutan el fondo

17/03/2023

En todo el mundo los sistemas de jubilaciones son un problema. Y lo seguirán siendo, no creo que haya un solo país que crea tener el tema resuelto. Sin embargo no todos están igual. ¿Qué hacen los países donde el sistema previsional funciona mejor? ¿Qué tipo de sistemas tienen? En 2021 desde el CED hicimos un trabajo que buscaba entender esto. Analizamos cuatro países que, sin considerarlos modelos, es claro que pueden ser una buena referencia a la hora de buscar ideas: Alemania, el Reino Unido, Países Bajos y Canadá. Claro que los 4 tenían diferencias en sus sistemas, a quien le interese lo invito a ir a la web del CED y acceder al informe completo. Pero también, y es lo que quiero enfatizar, encontramos evidentes similitudes entre ellos. La principal es la arquitectura general de los sistemas previsionales “exitosos”. Es muy notorio que predomina una lógica de sistemas mixtos (con capitalización y reparto) basados en tres pilares. El primero es, en general, el encargado de evitar el riesgo de pobreza entre los adultos mayores, un rol similar al que hoy cumple la pensión a la vejez en Uruguay. Los otros dos pilares tienen más variantes, pero el segundo suele estar enfocado en generar la cobertura para el grueso de los trabajadores contribuyentes, este pilar puede ser solo de capitalización, reparto o una mezcla de ambos. El tercer pilar en general está asociado al ahorro y capitalización individual, voluntaria u obligatoria, imprescindible para que los trabajadores de mayores ingresos puedan tener jubilaciones más acordes a sus ingresos laborales sin que esto implique que sean subsidiados por el resto e la sociedad. En cuanto a las reformas observadas en estos países tampoco encontramos grandes novedades. Los cambios que la mayoría de los países se han dado implican el aumento de la edad de retiro, un mayor peso de la capitalización, la promoción del ahorro voluntario y la eliminación de subsistemas para homogenizar las condiciones de retiro. Suena conocido, no? La propuesta de reforma que discute el parlamento está muy alineada con las buenas prácticas que se recogen del análisis internacional. Concentrar los subsidios en los sectores más bajos es justo y razonable, los trabajadores de mayores ingresos no pueden esperar que el Estado les devuelva más de lo que aportaron. Homogeneizar los criterios de retiro también es de orden, es legítimo y razonable que los bancarios y militares defiendan sus intereses; pero ya va siendo hora que un año de trabajo y $1 de aporte valga más o menos lo mismo para todos. Aumentar la edad de retiro no es simpático, pero es por lejos la alternativa menos dolorosa. Cuando salió la propuesta, antes de que la politización hiciera su trabajo, pudimos leer en twitter a varios los economistas de distintas afinidades políticas comentar la propuesta. La coincidencia era muy grande en que los principales rasgos de la reforma eran los correctos por razones de eficiencia, sostenibilidad y justicia. Luego se callaron. Claro que pueden haber infinidad de aspectos para corregir, pero la enorme mayoría de las personas que se detuvieron a reflexionar seriamente reconocieron que el grueso de lo que hay que hacer es esto.