Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Agustín
Iturralde

Director Ejecutivo

El modelo que nunca fue

14/04/2023

Sabemos poco de lo que pasa en Bolivia, sin embargo por estos días creo que vale la pena detenerse; lo que sucede por allá guarda enseñanzas para toda la región. En concreto el pomposamente llamado por Evo Morales y Luis Arce “modelo económico social comunitario productivo” se cae a pedazos. Esto era evidente para cualquiera que mirara con atención, no había nada realmente mágico ni novedoso en el manejo de la economía boliviana. Pero en estos meses el derrumbe se empezó a hacer carne para los bolivianos de a pie; lo cual está obligando a despertar a periodistas e “intelectuales” que habían romantizado “un modelo” que jamás aceptarían para ellos. ¿Hubo algo realmente destacable en el “modelo boliviano”? Sí, hay una cosa que lo destaca de los otros embriagados por la bonanza de precios. Mientras esta duró (hasta 2014), el enorme incremento del gasto público convivió con una macroeconomía ordenada. Con esto logró que mientras Venezuela, Argentina, Ecuador y Brasil entraron rápidamente en crisis al final de la bonanza, Bolivia llegó mejor preparada al cambio de ciclo y dilató la caída económica. Pero los problemas eran muy similares, habían generado un aumento de gasto público solo compatible con precios internacionales que ya no volverían. A partir de 2015 el gobierno boliviano tiró por la borda cualquier prolijidad macroeconómica y empezó a inflar artificialmente la economía con un déficit fiscal que llegaría al 8% del PBI. En lugar de equilibrar el presupuesto reduciendo gastos o incrementando impuestos se endeudaron sin miramientos. En el corto y mediano plazo funcionó. Pero la realidad es siempre terca e implacable para quienes la ignoran, y en los últimos meses el derrumbe del modelo boliviano se transmite por los mismos medios que lo habían romantizado. Los bonos de deuda del estado de Bolivia pierden valor todas las semanas y el riesgo país se triplicó en lo que va del 2023. En la desesperación el gobierno echa mano a los ahorros jubilatorios obligando a las AFAPS a comprar estos bonos que no paran de perder valor. Para sostener un tipo de cambio fijo y bajo que estimula artificialmente el consumo de importados el Banco Central ya perdió más de la mitad de las reservas. Más tarde o más temprano Bolivia deberá equilibrar las cuentas públicas y aumentar del tipo de cambio. Este ajuste lo hará el gobierno o lo hará el mercado de forma más impiadosa e injusta tal como vemos en Argentina. Pero probablemente seguirán emparchando y ganando tiempo con cepos cambiarios, restricciones a las importaciones y controles de precios. Hay muchas personas sobreideologizadas en búsqueda de “modelos” que les den la razón. Algunos se enamoraron a principios de los 2000 del chavismo y más adelante del kirchnerismo; Bolivia era “el ejemplo” que todavía muchos “ciudadanos globales” citaban. Que la caída de Bolivia sirva para recordar que no hay magia en el camino al desarrollo, el camino es complejo e implica mejoras en la educación y productividad de las sociedades. Claro que se puede aprovechar una bonanza para dar cierto bienestar, pero gastar como que “no hay mañana” abusando de una coyuntura excepcional no tienen nada de modelo admirable.