Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Agustín
Iturralde

Director Ejecutivo

Relato, sensación y realidad

30/06/2023

Cómo está la economía uruguaya hoy? Esta pregunta simple puede escuchar las respuestas más variadas y contradictorias. Parece obvio que los comerciantes de Salto van a tener una respuesta distinta a la de los funcionarios públicos, y los productores agropecuarios una mirada diferente que los importadores. Distingamos en tres las posibles respuestas: el relato, la realidad y las sensaciones. Si uno lee redes sociales es el relato que confirma prejuicios lo que predomina. Muchos defienden la idea de que hoy vivimos en un país mucho más pobre que hace algunos años, con un poder de compra destruido y los sectores populares sufren necesidades desconocidas en la historia reciente. Este relato no resiste análisis, no hay un solo indicador de bienestar monetario que indique una situación de ese tipo: ni la pobreza, ni el ingreso de los hogares, ni la masa salarial, ni el empleo. El relato opuesto es menos común pero también existe. No parece razonable plantear que vivimos en un país que dejó atrás todas sus dificultades y es un oasis de bienestar. Si uno pretende dar una respuesta más objetiva a la pregunta de cómo está la situación económica, la respuesta honesta creo que es “bastante bien, pero…”. La parte del “bastante bien” se fundamenta en que la economía volvió a crecer durante el primer semestre de 2023, y el consumo se recupera de buena forma. En particular el arranque de 2023 parece haber sido positivo para el mercado laboral que mejoró tanto por precio y por cantidad: más gente trabajando y el salario real se recupera. De esta forma, el motor de la demanda económica que venía más lento parece estarse encendiendo de buena forma. La inversión en nuestro país también seguirá en buenos niveles en 2023 a pesar de la bajada por el fin de las obras de UPM 2. Las obras de vialidad, la inversión en vivienda y el dinamismo de la Comap generan un combo que mantiene la inversión en un nivel que sigue siendo significativamente mayor al del quinquenio previo a la pandemia. Sin embargo hay algunos peros, estamos experimentando problemas que alteran el humor económico de algunos actores. En particular destacaría dos: la caída del valor del dólar que agudiza los problemas de competitividad; y el enorme impacto sobre el comercio minorista formal que están teniendo los desajustes cambiarios en Argentina. En cuanto a lo primero parece claro que la ecuación de rentabilidad de distintos sectores se deterioró notoriamente en el último año, la moderación de los precios internacionales de las materias primas sumada a la caída del dólar viene dejando a muchos muy complicados. A esto se suma la situación bien compleja de comercio minorista del litoral, pero que cada vez afecta a una mayor parte del Uruguay. Es extraño el caso en el cual la misma situación (la destrucción económica argentina) que permite a muchos uruguayos expandir mucho el consumo de bienes y servicios, complica brutalmente la propia sobrevivencia de muchos pequeños y medianos comercios de nuestro país. La realidad es siempre más compleja de lo que un titular de prensa o un modelo económico plantea. Olvidándonos del relato político, parece claro que existe una realidad económica buena en general pero con heterogeneidades importantes.