Agustín
IturraldeDirector Ejecutivo
Las cartas no tan contra el pecho
05/08/2022
Al fin estamos discutiendo algo de fondo, uno de esos temas en los que sí se juega la suerte del Uruguay. No habrá estabilidad fiscal, mejoras sostenibles de las jubilaciones y aumento significativo de la inversión en educación y primera infancia si no logramos estabilizar el gasto en seguridad social en el mediano y largo plazo. En eso hay casi un consenso. La novedad es que hay un proyecto de 173 páginas y 307 artículos en la mesa. Pero ojo, el corazón de la propuesta quedó claro hace meses en el informe de recomendaciones de la comisión. El proyecto no tiene ninguna sorpresa. Sin embargo varios parecen recién descubrir de qué se trata esto, y se disponen a esconder sus cartas; anuncian que no fijarán posición hasta que se expidan grupos de trabajo con decenas de personas. Permítanme desconfiar, lo que están es especulando políticamente con el tema. Sin desconocer todo el hilado fino que falta y las modificaciones que sin duda vendrán, el corazón de la propuesta está bien claro. Lo que parece predominar es querer conocer las cartas del otro antes de jugar. El Frente Amplio sostiene que en la coalición son mano: primero esperarán a ver que opina todo el oficialismo y recién después tomarán postura. Pero también en la coalición hay quienes especulan antes de marcar postura. Claro, en teoría es muy razonable aspirar a que esto sea una política de Estado ya que todos saben es necesario: “o lo hacemos entre todos o conmigo no cuenten” parecen dar a entender algunos. Sin embargo la incertidumbre es bastante menor de lo que se cree. El Frente Amplio no parece tener ninguna intención en abordar el tema con sentido de Estado, menos ahora ya que eso le implicaría desmarcarse de la postura del Pit-Cnt, cosa que parece impensable con esta conducción de la coalición de izquierda. No votó el diagnóstico, no apoyó las recomendaciones y no presentó ninguna propuesta alternativa. Por si no estaba claro Murro, Civila y Sánchez salieron a marcar la cancha. Está claro que luego de la LUC el FA sabe a lo que juega: confrontar, desgastar y esperar al 2024. Hay una lucecita que se prendió en las últimas horas. Algunos referentes académicos e intelectuales de la izquierda se expresaron en las últimas horas con una opinión en general favorable del proyecto. Ayer en la mañana el exministro Astori también tuvo palabras positivas sobre la voluntad del gobierno con el tema, aunque también insistió en no emitir ningún juicio hasta que el oficialismo muestre todas sus cartas. Más allá de esto está claro el escenario hacia el que vamos. Una propuesta de reforma equilibrada y que recoge consensos técnicos de gente de distintas sintonías políticas. Un proyecto que es en teoría perfectamente “votable” pero que no va a salir con un gran acuerdo nacional. El Frente Amplio, al menos el grueso de este, no apoyará la reforma. Eso lo tienen claro desde el inició y quedó establecido el 19 de marzo de 2021 cuando se rechazó apoyar el diagnóstico de la comisión. Se puede patalear y problematizar sobre la forma ideal para que el sistema político aborde el tema, pero “la única verdad es la realidad”. A los integrantes de la coalición les va tocando aclararse de que harán en este contexto y dejar de esperar por la postura del Frente Amplio.