Los resultados de las elecciones argentinas fueron relativamente sorpresivos si nos atenemos a lo que presagiaban las encuestas. Es lo sustancial habrá una segunda vuelta entre el candidato oficialista Sergio Massa y Javier Milei, como se esperaba. La sorpresa estuvo en la votación del ministro de Economía que superó las mejores expectativas del peronismo. La gran pregunta de la elección es cómo se explica que un ministro de Economía en funciones como Massa sea el candidato más votado con los números que tiene para exhibir. Unión por la Patria tuvo el 36,7% de los votos, seguido por La Libertad Avanza con 30%, colocándose en tercer lugar Juntos por el Cambio 23,8%. Es muy difícil de explicar en quien hoy es la cara más visible de un gobierno desastroso, que acumula un incremento sideral de la deuda pública, dos meses seguidos de inflación superior al 12% y deterioro marcado en todos los indicadores de calidad de vida, pautado por el aumento de la pobreza. Es cierto que en el último mes el gobierno puso en juego todos los elementos a su alcance, violando los más elementales aspectos del decoro republicano, lo que parece haber tenido efecto. Baja de impuestos, dádivas de todo tipo, nuevos planes y publicidad oficial al servicio de la causa del partido de gobierno fueron solo algunos de los múltiples mecanismos por los que el “plan llegar” -para intentar llegar a las elecciones- se transformó en el “plan ganar”. Lo cierto es que aunque desde el punto de vista electoral puede haber tenido éxito en una primera instancia (veremos qué ocurre en la segunda vuelta) indudablemente también tendrá el efecto de aumentar la gravedad de la situación que atraviesa el país vecino. Nada bueno puede esperarse en el mediano plazo de la economía argentina como consecuencia de las nefastas políticas de los últimos años y del deterioro casi ininterrumpido de las últimas décadas, gane quien gane pero indudablemente el representante del actual gobierno no es la persona más apta para intentar mejorar la situación. El resultado de Javier Milei fue evaluado negativamente dadas las altas expectativas que las encuestas habían generado, pero bien mirado tiene aspectos claramente positivos para La Libertad Avanza. Un partido y un candidato que hace poco no eran conocidos prácticamente por nadie definirán la presidencia con el oficialismo con chance real de poder ganar. Más allá de las formas y el fondo de la propuesta que ha generado desconfianza de buena parte del electorado, lo cierto es que el diagnóstico parece ser acertado mientras que las iniciativas concretas pecan de demagogia y populismo. Lamentablemente para los argentinos la propuesta más articulada y con mejor equipo, la que encabezó Patricia Bullrich, quedó fuera de la disputa y eso se hizo sentir desde ayer mismo en los mercados. La suba del dólar blue, el desplome de la bolsa y el aumento del riesgo país seguramente están reflejando que ninguna de las dos opciones que quedaron con posibilidades de triunfo pautan un camino razonable para la recuperación de la República Argentina. Es muy difícil ser optimista con lo que puede pasar en la vecina orilla que parece empeñada en contrariar lo que hace un siglo atrás parecía ser un destino manifiesto de prosperidad extraordinaria.