Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Hernán
Bonilla

Presidente y fundador

Comercio, inversión y crecimiento

16/01/2024

En el libro I de La riqueza de las naciones Smith plantea un concepto de riqueza similar al que manejamos actualmente, dejando atrás el de acumulación de metales preciosos propio del mercantilismo. En el libro II analiza la relevancia de la acumulación de capital y la inversión para el crecimiento de la economía. Y en el libro III analiza cómo Europa salió del feudalismo hacia un sistema de mayor libertad y progreso, gracias, en buena medida, a los beneficios del comercio. Tratemos de seguir este hilo para comprender cómo veía Smith el proceso de crecimiento de la economía. Partiendo de un concepto moderno de riqueza, Smith analizó la importancia que tienen para el crecimiento las leyes y las instituciones que priman en un país, un tópico por de más actual en la ciencia económica contemporánea en que la tesis institucionalista es la preponderante. Vale decir, el mercado funciona adecuadamente, si existen reglas de juego que lo permiten, pero en muchos de los casos que comenta, encuentra que pueden ser también contraproducentes. Señala adicionalmente cómo el avance del comercio ayuda a generar mejores condiciones y viceversa, en un proceso que se retroalimenta: “El comercio y la industria establecieron gradualmente el orden y el buen gobierno, y con ellos la libertad y la seguridad de los individuos, entre unos habitantes del campo que antes habían vivido en un estado de guerra permanente con sus vecinos y de dependencia servil con sus superiores. De todos sus efectos, este ha sido el menos destacado, pero es con diferencia el más importante.” Dennis Rasmussen señala que este pasaje es uno de los aspirantes principales al más simbólico de todo el libro, ya que es “la declaración más explícita y categórica de Smith en toda su obra, respecto a lo mejor que nos aporta el comercio.” Lo que nos dice el autor, en definitiva, es que el mayor aporte de la novel sociedad comercial es que promueve la libertad y la seguridad individual. A partir de estas condiciones es que puede desarrollarse la división del trabajo, acompañada de la acumulación de capital, que permite el incremento de la productividad de los trabajadores. Así lo expresaba en un pasaje característico: “Así como la acumulación del capital debe ser, en la naturaleza de las cosas, previa a la división del trabajo, el trabajo puede ser más subdividido solo en proporción a que el capital haya sido previamente más acumulado.” Y sobre cómo puede utilizarse ese capital, agrega, resaltando nuevamente la relevancia de la seguridad: “En todos los países donde existe una seguridad aceptable, cada hombre con sentido común intentará invertir todo el capital de que pueda disponer con objeto de procurarse o un disfrute presente o un beneficio futuro. Si lo destina a obtener un disfrute presente, es un capital reservado para su consumo inmediato. Si lo destina a conseguir un beneficio futuro, obtendrá ese beneficio bien conservando ese capital o bien desprendiéndose de él… Donde haya una seguridad razonable, un hombre que no invierta todo el capital que controla, sea suyo o tomando en préstamo de otras personas, en alguna de esas tres formas deberá estar completamente loco.” En definitiva, Smith plantea cómo se alcanza una economía más libre y segura, para lograr alcanzar el crecimiento. La próxima semana extenderemos estas ideas al comercio internacional.