Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Hernán
Bonilla

Presidente y fundador

¿Adiós al libre comercio?

04/02/2025

El anuncio de que el gobierno de Donald Trump decidió imponer nuevos aranceles a los bienes importados desde Canadá, México y China ha conmovido al comercio mundial. Estas medidas, más allá de sus idas y vueltas, tienen impactos reales sobre la vida de los norteamericanos, pero también sobre las de todo el mundo, por lo que vale la pena reflexionar sobre su alcance. Los argumentos teóricos respecto a que el libre comercio constituye una mejor alternativa que el proteccionismo se han establecido hace siglos y la evidencia acumulada sólo ha reforzado su acierto. Con el libre comercio ganan todos los países, especialmente, los más chicos y pobres, se incrementa el producto mundial y desciende mucho más rápidamente la pobreza. Es claro que la especialización que permite la división del empleo habilita a trabajar con niveles de productividad mucho más elevados, al generarse economías de escala, ampliar la competencia y diversificarse el riesgo, entre otras razones. El comercio es una fuente de prosperidad desde el fondo de la historia y sus limitaciones han frustrado el desarrollo de muchos países, como supo América Latina durante los tristes años del predominio de las ideas cepalinas. Basta pensar que con una imposición general al comercio en el mundo sencillamente no podríamos alimentar a las ocho mil millones de personas que hoy habitan el planeta. Las medidas anunciadas por Trump, amén de comenzar una nueva guerra comercial, como la que ya vivimos en su primer gobierno, tendrán efectos importantes al disminuir la calidad de vida de sus ciudadanos, de los países directamente afectados y, también, indirectamente de todo el mundo, incluido nuestro país. En primer lugar habrá una suba importante de precios que disminuirá la capacidad de compra de los estadounidenses (se estima que los bienes afectados son más de un tercio de las importaciones de ese país). En segundo lugar se destruirán cadenas de valor fundadas en la división del trabajo, lo que llevará al cierre de empresas y la destrucción de puestos de trabajo que no serán compensados por los que se creen por las industrias que sustituyan importaciones, como demuestran todas las experiencias similares en la historia. En tercer lugar, cada país afectado será más pobre, por la destrucción de riqueza del primer impacto a lo que se sumará un menor crecimiento de largo plazo. Inequívocamente, con estas medidas, perderán los habitantes de los tres países de América del Norte y China. Pero debe tenerse en cuenta que el golpe a estos países también repercutirá negativamente en otros como Uruguay, ya que disminuirá el comercio mundial, la riqueza global y, por tanto, exportaremos menos bienes. Si este análisis es tan claro, ¿por qué Trump toma estas medidas? Un argumento posible es que no necesariamente las va a ejecutar como están anunciadas, sino que también son amenazas para negociar sobre otros asuntos. Otro es que está defendiendo intereses de grupos de presión en su país, no los del conjunto de su sociedad. Y otro es que la retórica populista finalmente tiene efectos prácticos negativos, al priorizarse el corto plazo, la defensa de las fronteras y las aduanas. En cualquier caso, el péndulo actualmente se aleja del libre comercio hacia el proteccionismo y eso es una muy mala noticia, especialmente, para países como Uruguay.