Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Hernán
Bonilla

Presidente y fundador

El desafío económico

28/01/2025

El gobierno de Yamandú Orsi recibirá una situación económico no sólo sensiblemente mejor de la que recibió el gobierno actual sino en muchas de las variables más sensibles para la población en niveles difíciles de sostener sin reformas procrecimiento. En otras palabras, la única forma de evitar que el quinquenio 2025-2029 se parezca al 2015-2019 será con una serie de transformaciones que, en principio, no son sencillas de instrumentar. En cuanto al panorama macroeconómico, la coyuntura, más allá de las discusiones tenias de partidarismo, es muy positiva. El actual gobierno culminará su gestión con unos 120.000 empleos creados y un salario real con un crecimiento del 3%. Notoriamente, en términos de variables de impacto real en la calidad de vida de los uruguayos, estos indicadores son muy relevantes. Asimismo, la disminución de la inflación, a niveles en torno al 5%, es otro aspecto muy destacable. Luego de casi dos décadas en que el 8%, o algo por encima, era parte del paisaje, con las expectativas de empresarios y analistas ancladas en ese valor, el descenso en el escalón y el cumplimiento de las metas del BCU por casi dos años consecutivos, por primera vez desde que se utiliza este sistema, es un logro significativo. Las encuestas del BCU muestran que las expectativas tanto de analistas como de empresarios empiezan a ser algo superiores, por lo que las primeras señales y medidas de la nueva administración en materia de política monetaria serán muy relevantes. El frente fiscal, tan debatido en los últimos dos años, muestra que la situación es notoriamente mejor que la de 2019. Alcanza con recordar que estuvimos a punto de perder el grado inversor hacia fines del gobierno anterior y que hoy estamos dos escalones más arriba con perspectiva estable para comprender que la idea de que estamos igual que en 2019 es incomprensible. Es cierto que la deuda en relación con el producto hoy es 10 puntos superior, pero vale recordar que eso ocurrió en 2020 gracias a la pandemia y que, de todas formas, el riesgo país descendió y gracias a eso hoy tenemos el menor de América Latina y que hoy estamos pagando menos intereses de deuda. La nueva institucionalidad fiscal, que el Frente Amplio y el PIT-CNT insólitamente quisieron derogar en el plebiscito de la LUC, hoy es una realidad que se pretende “mejorar”. El cambio de posición es una buena noticia y, ciertamente, la regla fiscal tiene espacio para mejoras pero indudablemente debe mantenerse. Ante este panorama, el desempeño esperado para los próximos años, dado un contexto internacional más bien negativo, salvo por el impulso que pueda venir de la vecina orilla, dependerá de las decisiones que se tomen o que no se tomen. Es necesario encarar reformas en distintas áreas, algunas que pueden ser populares y otras, no tanto. Verbigracia, facilitar la importaciones de bienes de higiene personal sería una medida ampliamente popular, que es factible que se concrete, pero otras que afectan intereses locales más relevantes, como la libre importación de alimentos que es más compleja. La modernización de las relaciones laborales o la reducción del peso del Estado parecen más difíciles cuando el Ministro de Trabajo quiere avanzar hacia el socialismo y casi todos los ministros quieren más recursos. Gabriel Oddone tiene muy claro este desafío, la gran interrogante es si logrará mover la agenda en el sentido correcto.