Agustín
IturraldeDirector Ejecutivo
¿Argentina puede cambiar?
08/07/2022
Argentina vuelve a ser noticia de este lado del río. Luego de una semana complicada el ahora ex Ministro de Economía Guzmán renunció a su cargo el sábado pasado. A riesgo de simplificar podríamos decir que la causa es el inminente aceleramiento inflacionario. En las próximas semanas veremos cómo las personas intentan por todos los medios desprenderse de los pesos, y como será cada vez más difícil para el gobierno honrar sus compromisos sin emitir y agravar el deterioro de la capacidad de compra. Claro que Guzmán tenía algunas buenas excusas. Nada menos que la Vice Presidenta Cristina Fernández hace rato le había quitado su respaldo. Nadie puede pedir que aborde una travesía como la que se viene sin el respaldo de el apoyo del principal capital político del gobierno. Pero la renuncia de Guzmán, la suba del dólar y de la inflación es solo un episodio más en un largo periplo de degradación argentina. Se trata de una economía que dejó de crecer hace más de 10 años y desde entonces comenzó un deterioro gradual pero que está llegando a niveles límites. ¿Qué tiene para enseñarnos el caso Argentino? Varias cosas, pero lo principal que nos muestra es lo peligroso que es despreciar las restricciones presupuestales. En particular lo dañina que es la irresponsabilidad extrema durante la bonanza. Si hay que elegir una sola explicación de lo mal que está Argentina no es lo mal que lo hicieron Alberto Fernández o Macri. Es la bomba de gasto público inmanejable que armó CFK en sus dos gobiernos. Si se tira la casa por la ventana en la bonanza, cuando llega la crisis todas las alternativas son malas. Esto vale para lo hecho en los 1990 por el menemismo o para el ciclo 2003-2011. Pero en las puertas de un nuevo estallido cabe señalar una diferencia sustancial con lo que ocurrió en 1989 o en 2001 (o en menor medida en 2018). Esta vez es el peronismo quien tiene la bomba en sus manos cuando explota, será un gobierno justicialista quien tenga que administrar la fase de ajuste del ciclo y explicar porqué los salarios, las jubilaciones y el poder de compra de las personas se descompone como lo está haciendo. Para la política argentina representa un cambio sustancial en al menos dos aspectos. Por un lado cabe preguntarse qué pasaría en la calle y con el gobierno si fueran otros los que estuvieran en Olivos. Pero lo más relevante son las consecuencias políticas, el peronismo pagará los principales costos políticos y, muy probablemente, serán otros los que administren la recuperación. Esto es un cambio sustancial con respecto a la explosión y recuperación post 1989 y 2001. Es por eso que cierro con una nota de optimismo. Si tuviera que apostar diría que todo va a empeorar en Argentina antes de empezar a mejorar, pero que luego se abrirá una oportunidad histórica. Luego de cada crisis vino una fase de crecimiento en Argentina; y esta vez quizás encuentre al kirchnerismo, que tiene una visión económica casi “tierra planista”, reducida a una mínima expresión. A su vez, la crisis está generando cambios relevantes en el sentido común económico de la sociedad Argentina. Tengo la esperanza que a partir de 2023 nuestros hermanos puedan encaminar una salida de la crisis con bastante más racionalidad de lo que lo hicieron luego de 1989 y 2003.