Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Agustín
Iturralde

Director Ejecutivo

Colombia y Andalucía

24/06/2022

Ganó Gustavo Petro en Colombia, y son muchos los análisis que se leen estos días sobre la “nueva ola de izquierda en la región”. Ciertamente, Colombia se suma a Chile y a Perú generando esta idea de un vuelco político homogéneo. Pero mirando con un poquito más de atención vemos que la realidad es un poco distinta: lo que está siendo arrasado electoralmente no es la derecha o el centro, son los oficialismo. En todos lados. Hagamos un repaso del calendario electoral Sudamericano de los últimos meses. Este domingo ganó Gustavo Petro en Colombia que se suma a los triunfos de Gabriel Boric y Pedro Castillo en Chile y Perú respectivamente durante el 2021. Tres países claves donde el gobierno pasó a manos de la izquierda, es cierto. Pero no todo va en ese sentido, en 2021 también hubo elecciones en Ecuador y en Argentina. En Ecuador la izquierda perdió las elecciones por primera vez en casi 20 años, desde 2003 que no sucedía. Más conocido por todos en este país es el caso argentino, en las elecciones parlamentarias de octubre 2021 el gobierno perdió feo. Y salvo que la cosa cambié mucho la izquierda saldrá del gobierno en Argentina en 2023. No hay que ser un genio para darse cuenta de lo que está sucediendo. Ser gobierno en estos años no paga, la realidad se está llevando puestos a los oficialismos de derecha, izquierda y centro. Y esto cruza el atlántico, también este domingo los partidos que forman el gobierno de España se llevaron una paliza histórica en las elecciones de Andalucía, una región que supo ser el bastión político de los socialistas españoles durante décadas. El gobierno español ya había sufrido una derrota muy dura en la Comunidad de Madrid en el año 2012. ¿Por qué le está yendo tan mal electoralmente a los gobiernos? Podemos hacernos los sofisticados y presentar un sesudo análisis económico y geopolítico. Pero en este caso creo que hay una respuesta simple y bastante correcta: el aumento del costo de vida, en particular la suba de precios de alimentos y energía. Si, el deterioro de las condiciones materiales de vida de las personas sigue siendo un generador universal de malestar, y un detonante del cambio de gobierno en países democráticos. En este caso la problemática es casi global. Es increíble el grado de similaridad entre las quejas, las explicaciones y las soluciones planteadas en los distintos países; con muy pocas diferencias según el signo político. Los invito a recorrer medios de América Latina, España, Estados Unidos y comprobarlo fácilmente. Por lo tanto, frenar los aumentos de precios y recuperar la capacidad de consumo de los sectores populares y medios parece ser la clave para los gobiernos. No creo que haya ningún otro tema más crítico con respecto a la suerte electoral de los oficialismos. El domingo pasado hubo elecciones en Colombia y Andalucía (España) para la felicidad de la izquierdas y derechas respectivas. Estos resultados son opuestos sólo en apariencia, mirando tan solo un poquito más allá de los titulares se vuelve evidente que la ola no es de izquierda ni de derecha. Los que pierden son los que estaban gobernando en un contexto difícil, ganan los que atravesaron la pandemia y el aumento de precios en la oposición.