Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Hernán
Bonilla

Presidente y fundador

No podemos resignarnos

30/09/2025

El atentado sufrido por la Fiscal de Corte encendió las alarmas sobre la acción del crimen organizado y el narcotráfico, en nuestro país. Como suele sucedernos, tiene que ocurrir un hecho estruendoso para despertarnos de la siesta de la autocomplacencia sobre la excepcionalidad uruguaya. La principal fortaleza de nuestro país es la solidez institucional, una justicia independiente, libertad de prensa y respeto por los derechos humanos gobierne quien gobierne y un Estado de Derecho plenamente vigente. Esto nos ha distinguido en el mundo y ni que hablar en el continente, como una seña de identidad de la que es justo enorgullecerse. Ahora bien, sobre esta fortaleza se puede edificar y construirse un futuro prometedor o simplemente podemos solazarnos sobre nuestras virtudes entre mate y mate. Entre reconocer una característica claramente positiva y creer que existe una excepcionalidad uruguaya por la que los males que sufren otros países no llegarán a nuestras costas media un abismo, que muchas veces parece obviarse. Este atentado es un disparo en la línea de flotación y es necesario reaccionar con la contundencia que se requiere, que por cierto no es llamando a diálogos sociales con la participación de todos los actores involucrados para terminar diciendo que la sociedad es la responsable. Los expertos en estos temas podrán proponer cuál es el mejor camino para encarar el problema, pero hay algunos aspectos que rompen los ojos para cualquier ciudadano. No se puede combatir al narcotráfico con jerarcas que piensas que la batalla está perdida. En este sentido, el Ministro del Interior y su equipo han dado señales negativas con sus declaraciones y sus convocatorias para ver que se puede hacer, transmitiendo mensajes erráticos en tiempo que requieren acciones firmes. Si todos estamos de acuerdo en que la inteligencia es clave para el combate al narcotráfico, es difícil de entender cómo durante la última administración Vázquez se dejó ir a la DEA. En cualquier caso, la cooperación con los organismos internacionales que pueden aportar elementos de inteligencia es un aspecto esencial del asunto, así como la inversión propia que es necesario realizar para no correrla de atrás. Es evidente también que debe respaldarse de otra manera el trabajo que desarrolla la Fiscal de Corte que viene siendo molestada permanente por nimiedades por el oficialismo que notoriamente quiere sacarla de su cargo. El atentado es una clara demostración, por otra parte redundante, del buen trabajo de Mónica Ferrero, aunque sea tarde es necesario un respaldo político unánime como un aspecto básico. También parece claro que es necesario cobrar conciencia del peligro que enfrentamos. El operativo de seguridad con el que contaba Ferrero viene a confirmar que estamos muy lejos de comprender al enemigo criminal que enfrentamos. Se terminó el tiempo de los diagnósticos y los diálogos para formar una comisión para armar un plan y seguir remando en círculos. La respuesta no puede ser la resignación, no es cierto que este problema, como cualquiera de políticas públicas, no pueda siquiera mitigarse. Es tiempo de liderazgo político, medidas concretas y decisión para enfrentar al crimen organizado con firmeza antes de que tengamos que lamentar otro tipo de situaciones.