Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Agustín
Iturralde

Director Ejecutivo

Calles en bajada

01/12/2022

Hace algunos días un colega, en general razonable, publicó en sus redes una burla a la propuesta de reforma. “Con la reforma no suben los aportes, no bajan los montos de las jubilaciones (en algún caso sube), y no bajan la cantidad de jubilados (capaz hasta mejora eso). Todas las calles en bajada les faltó agregar”. Si una persona inteligente y, creo yo, bienintencionada ve las cosas tan parcialmente, algo viene mal en este debate. Este proyecto tiene calles en bajada ciertamente, pero tiene otras en subida que están a la luz desde el inicio, no las ve quien no quiere. Fundamentalmente hay dos, una para todos y otra para los subsistemas privilegiados. Primero: nos vamos a jubilar cinco años más tarde. El centro de la mejora de la sostenibilidad del sistema está acá. Mejora significativamente la relación cotizantes/jubilados. Hacer esto tiene un costo político grande, no es ninguna “papa”. Claro, permite hacer alguna bajadita después. La segunda calle en subida es para los que hoy son más privilegiados. Los nuevos militares van al régimen general y su cálculo jubilatorio se realizará igual que el de cualquier otro hijo de vecino. Lo mismo sucede para los bancarios y otros privilegiados que por algún motivo tienen menos prensa, pero que también, de una u otra forma, tienen una jubilación mucho más subsidiada que el común de los mortales uruguayos. ¿De verdad esto es prometer todas las calles en bajada? Todo esto está respaldado por modelos (que claro se pueden equivocar) realizados por profesionales incuestionables entre los que están los propios equipos técnicos del BPS. Cualquiera que se acerque honesta y rigurosamente a esta discusión ve que son otros los que están prometiendo solo bajadas. ¿Qué propone la oposición política, la central sindical o el representante empresarial en el BPS? ¿Qué alternativas se proponen o, al menos, se soslayan? La respuesta oscila entre la nada misma o, ahí si, la promesa de una ciudad entera de calles sólo en bajada. Hubo dos salidas en los últimos días que son una muestra de dónde están los que eluden cualquier rigurosidad. La primera la del representante empresarial en el BPS. Pocas veces se ve un derroche de demagogia como ese en este país: superficialidad, voluntarismo y elución del fondo del asunto. No amerita más comentarios. La otra salida es de una jerarca del gobierno anterior, hoy asesor parlamentario de la bancada del Frente Amplio, en la que da su versión de la evolución futura de las jubilaciones. Lejos de desmentir las proyecciones presentadas por el gobierno explica cómo varían los resultados según los supuestos que se utilicen y reclama que el gobierno explique la reforma de la manera que a él le parece y conviene. Eso sí, ni un atisbo a esbozar una peregrina idea de por donde podría abordarse el brutal desafío. Solo el dedo acusador sobre cada cosa no simpática que tiene el proyecto. Cuesta entender el dedo sobre Saldain y no sobre estos personajes desde una mirada que pretende ser rigurosa. La reforma propuesta tiene calles en subidas y bajadas. Habrá mejores jubilaciones mínimas y más años de trabajo, más reconocimiento de todo lo aportado pero recortes de privilegios. Sobre todo habrá mucha gradualidad, es una reforma uruguayísima.