Agustín
IturraldeDirector Ejecutivo
La agenda de gobierno
27/10/2022
Casi sin darnos cuenta entramos en la recta final del tiempo útil de este gobierno. No parece probable que más allá del primer semestre de 2023 el ejecutivo encare nuevos grandes desafíos, más allá de los que la realidad le imponga. Sin embargo, no tengo dudas de que si este gobierno saca adelante la reforma de la seguridad social y encamina la transformación educativa será recordado como un buen gobierno. Su mandato político no era revolucionario pero sí claro: un cambio político nítido pero sin refundaciones. Lacalle Pou tiene varios logros, el primero es puramente político: ganó, construyó una coalición, mantuvo buenos niveles de popularidad y volvió a ganar dos años después. Contrariamente a lo que se sentía hace algunos años el Frente Amplio pierde elecciones y la vida sigue. Podrá volver a ganar pero se terminó la hegemonía. En cuanto a la gestión el gobierno podrá lucir una casa mucho más ordenada en términos fiscales, y contra la opinión de muchos analistas lo hizo sin subir impuestos. Además sacó adelante su LUC y mejoró el clima empresarial y de inversión. A esto le suma la medalla de una gestión exitosa de la pandemia. La reforma a la seguridad social y la transformación educativa adicionaran cambios sustanciales a temas que indudablemente venían pendientes. Cuando digo que, si logra esto, será sin dudas un buen gobierno me refiero a que es un gobierno con una agenda clara y que logra sacar adelante una parte relevante de la misma. Se puede estar de acuerdo, o no, con esa agenda pero hubo un rumbo. Creo que algo similar podría decirse del primer gobierno del Frente Amplio 2005-2010, pero no de todos los gobiernos post dictadura. El Presidente, que ha demostrado una enorme habilidad política, lo tiene muy claro y por eso le pondrá mucha energía y apoyo político a estos dos temas en los próximos meses. A medida que avance el 2023 la atención y foco político se irá corriendo hacia las candidaturas, las encuestas y la política más puramente electoral. En ese sentido, la discusión pública también mutará hacia las ambiciones de los que lo quieran suceder. ¿Para qué querría la coalición seguir gobernando? ¿Cuál es la agenda de reformas para un segundo gobierno de coalición? ¿Cuál será la “reforma de la seguridad social” que le tocaría hacer a la coalición en el próximo quinquenio? Lo peor que le podría pasar es ganar sin agenda, sino miren la segunda administración de Tabaré Vazquez de la cuál es difícil recordar alguna iniciativa realmente trascendente. La misma pregunta y poca claridad corre para el Frente Amplio. ¿Con qué espíritu volvería el FA a partir de 2025? Parece un FA con una correlación de fuerzas más corrida a la izquierda, pero casi nadie aclara para dónde quieren ir. Cuando Bachelet volvió al gobierno en 2014, luego de Piñera, tuvo una impronta bastante más refundacional y escorada a la izquierda que en su primera administración ¿podemos esperar eso? En los próximos meses el gobierno se juega mucho, si logra sacar adelante sus deberes nadie podrá cuestionar la falta de contenido y rumbo. Por otro lado, a medida que avance el 2023 deberíamos empezar a tener más claridad sobre para qué quieren gobernar los que nos pedirán el voto en 2024.