Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Agustín
Iturralde

Director Ejecutivo

Dos semestres

30/12/2022

Sin desconocer los desafíos pendientes, el balance económico del 2022 en Uruguay es positivo. Cuando en marzo de 2023 tengamos los datos completos del 2022, veremos que el crecimiento del PBI del año estará bien por encima del 5%. Esto es un muy buen dato en cualquier comparación posible. Solo como referencia, es importante saber que el mundo crecerá poco más de 3%, Brasil poco más de 1% y Argentina cerca de 4%. Sin embargo la mirada anual puede esconder las diferencias muy marcadas que tuvieron los dos semestres. Sintetizando podríamos decir que el primer semestre fue una continuidad del 2021 y el segundo un adelanto del 2023. El crecimiento interanual en el primer semestre fue muy bueno, y tuvo como principal explicación el desempeño extraordinario del sector exportador. Se alcanzaron niveles récord en casi todos los rubros: precios y rendimientos muy buenos, una combinación que rara vez se da. Pero no solo el sector agroindustrial tuvo un gran año, por ejemplo las exportaciones vinculadas a las tecnologías de la información también alcanzaron su máximo histórico, y por primera vez superaron los USD 1000 millones. Sin embargo el crecimiento en este mismo primer semestre no se hizo sentir para todos. El consumo siguió a la zaga y recién al final del semestre empardamos los niveles pre pandemia (9 meses después que el PBI). Además, recordemos que, a nivel mundial, durante los primeros meses del año el aumento de los precios de los alimentos y de la energía erosionó fuertemente el poder de compra de las personas. Esto generó que en nuestro país la caída del salario real, que se suponía terminaba en 2022, se extendiera a los primeros meses de 2023. Las carácteristicas de la segunda mitad del año económico fueron bien distintas y, probablemente, se asemejen más a lo que veremos en 2023. Aún no tenemos información oficial del último trimestre, pero el tercero tuvo notorias diferencias con los semestres previos. En corto, el crecimiento se aplana pero mejoran los indicadores más sensibles en la gente. Algunos de los sectores que habían mostrado más dinamismo se estancan y retroceden moderadamente; el ejemplo más claro es la industria frigorífica. Por el contrario, en el trimestre julio-septiembre, el consumo (que había sido el gran rezagado), tuvo un buen desempeño y por primera vez superó con claridad los niveles de 2019. Los sectores de la economía más vinculados al consumo, típicamente el comercio también tuvo un buen tercer trimestre compensando la caída de la industria y el agro. Todo indica que el último trimestre de 2022 está teniendo un comportamiento similar al tercero. Al menos en lo concerniente al salario real esto es claro. El mismo cerrará el año con un saldo neto cercano a cero, pero con un primer semestre de caída y un cierre del año al alza. Cerramos un buen año económico pero con diferencias marcadas en sus semestres. El primer semestre fue una continuidad del 2021: gran rendimiento de las exportaciones con consumo estancado y caída del salario real. El segundo semestre el crecimiento fue mucho más bajo, pero con mejora de las variables más sensibles: consumo y salarios. El 2023 se parecerá más a esto último: crecimiento más moderado pero con más llegada a todos.