Agustín
IturraldeDirector Ejecutivo
Confirmaciones y una novedad
24/03/2022
En la tarde del miércoles salió el último dato de actividad económica de 2021, finalmente tenemos la evolución económica durante todo un año muy movido. Con esto, solo queda pendiente el dato de pobreza, que se conocerá la semana que viene, para tener un panorama completo de lo que pasó en el Uruguay en términos económicos y sociales durante 2021. Hay varias cosas que parecen ir quedando claras. Confirmaciones hay varias, en particular está claro que tuvimos una recuperación de la actividad económica más rápida de lo previsto por todos los analistas. Desde el CED, que fuimos de los más optimistas, apostabamos a llegar al PIB prepandemia en el último trimestre y lo logramos ya en el tercero. Al cierre del 2021 Uruguay tuvo un nivel de actividad 2,3% superior al que tenía al cierre de 2019. También se confirman cuáles fueron los grandes motores de esta recuperación tanto por el lado de la oferta y de la demanda. Por el lado de la oferta, fue la inversión y las exportaciones quienes lideraron la recuperación. Del lado de la demanda, coincidentemente, fue la construcción, el sector agropecuario y la industria los sectores con mayor dinamismo. Otra gran confirmación que nos deja el año es la recuperación de los niveles de empleo también bastante antes de lo previsto, alcanzando los niveles prepandemia en noviembre aproximadamente. La mejora del empleo estuvo mucho más concentrada en el segundo semestre 2021, momento en el que recién logró recuperar buenos niveles sectores como el comercio, que tienen un papel tan protagónico en la generación de puestos de trabajo. La principal novedad del día de ayer fue la evolución del consumo privado, el motor que venía más lento y que aún no alcanza el nivel prepandemia. Durante octubre, noviembre y diciembre de 2021 el consumo privado creció significativamente quedando a menos de 2% del cierre de 2019. Esto está en consonancia de la mejora significativa del sector comercio durante todo el segundo semestre luego de haber sido uno de los sectores que más sufrió la pandemia. En este sentido, para 2022 el gobierno tiene como principal desafío el seguir apuntalando el consumo. Mirando al mercado laboral el 2021 fue de señales mixtas: bastante más empleo y más masa salarial, pero con caída del salario real. La buena noticia fue que el ingreso de los hogares aumentó por primera vez en cuatro años y, el miércoles confirmaremos, que la pobreza bajó también por primera vez desde 2017. ¿Será el 2022 el año en que el salario real comience a recuperarse de su caída moderada de 2019 y 2020? Este será el gran desafío que funcionará la consistencia de distintas políticas. La persistencia de la inflación, muy empujada por precios internacionales, desafía aún más el objetivo. Resumiendo, cerramos un muy buen 2021 con niveles de actividad y empleo superiores a los meses previos a la pandemia. La construcción y todo lo vinculado a la industria agroexportadora fueron las principales locomotoras de este crecimiento. Si bien los niveles de consumo mejoraron sustantivamente al cierre del año, sigue siendo el elemento que viene más rezagado. Las tensiones sobre el salario real se agudizarán en un contexto de aumentos de los precios de los alimentos y la energía a nivel global.