Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Agustín
Iturralde

Director Ejecutivo

Terca la realidad

26/08/2022

¿Qué es el populismo? Hay distintas explicaciones que la ciencia política ha dado a esto, algunas señalan el uso del recurso discursivo que busca contraponer “el pueblo” con una elite; otras explicaciones apuntan a la predominancia de explicaciones emocionales por sobre las racionales. Pero hay otro clivaje para identificar al populismo, que es el económico. En materia económica podemos encontrar algunas ideas que pueden ser definidas como populistas. Podemos resumirlos como los intentos voluntaristas de bienestar que se vuelven brutalmente insostenibles en el mediano y largo plazo. Desde Uruguay, se vuelve difícil pensar en un ejemplo tan concreto y gráfico como el desastre en materia de tarifas públicas del kirchnerismo. ¿Quién puede estar en contra de que la luz, el agua y el gas sean muy baratos? A priori nadie, es una pésima política pero que también era muy popular. Los porteños, pagan por estos servicios precios muy por debajo de su costo. Argentina gasta cerca de 2% del PIB en esta política, una brutal inmensidad de dinero que es apropiada por muchísimas personas de sectores medios y altos, y que además es muy mala ambientalmente dado el sobreconsumo que genera. Para la ciencia económica no hay mucha discusión al respecto. Se trata de una administración de recursos antieconómica y regresiva. El sistema de precios transmite información, un precio alto está vinculado a una mayor escasez de ese producto. Cuando se distorsiona tan groseramente el costo de producción del precio que pagan los consumidores, estos naturalmente tienden a sobreconsumir. Créanme que nadie que se enfrente a la factura de UTE se le ocurriría consumir de la forma que lo hacen muchos hermanos porteños. Esta lógica de servicios públicos brutalmente baratos fueron mucho tiempo la columna vertebral del kirchnerismo. Cuando el gobierno anterior hizo algunos intentos moderados de normalizar tarifas fue brutal el ataque y el desgaste que sufrió. Pero la realidad es terca, y esta vez es al propio kirchnerismo al que le toca ajustar, y hacer lo que juró no hacer. Claro, la fragilidad hace que haya buenas alternativas. Lo único importante es evitar el estallido económico y político, y es ese inmenso temor el que vuelve posible lo impensable. Hay que reconocer que tiene su encanto ver a los propios promotores de este populismo económico, que siempre estuvo claro su inviablidad de largo plazo, explicar cosas sensatas y básicas que siempre negaron. Esto es novedoso solo parcialmente. Hace 70 años el propio general Juan Domingo Perón debió enfrentar una situación similar. En su segundo gobierno hubo un cambio brutal de la política económica: se vio un peronismo que ajustó, redujo el gasto público, frenó el aumento de salarios y limitó la emisión. El peronismo menemista de los 90 claro que también entendió, parcialmente, las restricciones económicas. En resumen, aunque probablemente le cueste las elecciones 2023, el peronismo sobrevivirá al ajuste. Pero creo que su faceta kirchnerista lo tiene mucho más difícil porque el kirchnerismo hizo del populismo económico su alma. Me resulta difícil imaginar cómo se sobrepone al gople que la realidad le está dando en la cara.