Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Agustín
Iturralde

Director Ejecutivo

¿Quiénes son los extremistas?

28/07/2023

Parece que la elite intelectual uruguaya siguió con entusiasmo las elecciones españolas. Por motivos culturales la política española nos es familiar e interesante. Es bueno que así sea; entender mejor los sistemas políticos y sociedades ajenas nos pueden ayudar a pensarnos mejor a nosotros mismos. Sin embargo, algunos análisis que se vienen leyendo son de una liviandad digna de quien solo lee titulares. Internacionalmente el horror lo genera Vox, un partido más reaccionario que conservador, que apela a los instintos del miedo de una parte de España. Sin dudas se trata de una agenda nostálgica, poco liberal y polarizante. En lo personal me quedan dudas del mote de extrema derecha, no veo nada clara la categoría atendiendo a sus propuestas, pero quizás lo justifique. Debemos ser cuidadosos a la hora de otorgar esas etiquetas, no sea cosa de haberlas gastado cuando realmente las necesitemos. Sí veo características objetivamente asimilables al extremismo en la derecha catalana. La derecha independentista sí cruzó líneas rojas. Lo que hicieron en 2017 en el parlamento catalán fue un atropello total a la ley y a la democracia, privando a la oposición del más básico derecho a proponer enmiendas a una ley. También son numerosas las referencias supremacistas de líderes catalanes, el expresidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas llegó a decir que la independencia se justificaba en que el “ADN de los catalanes es más germánico y menos romano que del resto de los españoles”. Si estas palabras hubieran estado en boca de Santiago Abascal o de Vik-tor Orban no dudaríamos un segundo en señalar el extremismo. A estos señores les quedó la llave del gobierno de Pedro Sánchez, pero por algún extraño motivo algunos uruguayos respiran aliviados de que así sea. Pero si el catalanismo tiene la llave, es porque Sánchez ya cuenta con el visto bueno de la izquierda independentista vasca, heredera de ETA y que el pasado domingo llevó a las listas a siete personas condenadas por delitos de sangre. ¿Por qué no hay ninguna etiqueta de ultra o extrema en este caso? No todo es así en el País Vasco, el otro partido nacionalista lleva adelante una exitosa política de aumento de recursos y competencias para su comunidad sin extremismos ni populismos. Más conocido por estas tierras es el aliado natural del PSOE: Podemos o su heredero Sumar. Tampoco aquí se escucha ninguna referencia a ultra o extrema a pesar de que el creador de este espacio Pablo Iglesias es un orgulloso defensor de dictaduras de izquierda, tiene probados vínculos económicos con Irán y se mostró muy comprensivo con la invasión rusa a Ucrania. Por suerte, la sociedad española, mayoritariamente, dio la espalda a estos espacios. Cayeron todos y creció el centro del tablero político. Los partidos tradicionales obtuvieron casi tres cuartos del parlamento. Sin embargo la lógica política los lleva a buscar la gobernabilidad en algunos de estos extremistas o populistas. Parece lógico que eso no sea para celebrar. Lo que no me resulta muy razonable, desde personas sensatas y centradas, es la lógica de horrorizarse con unos tristes reaccionarios sin demasiado poder real, pero celebrar que sean supremacistas, violentos y partidos financiados por dictaduras los que condicionen al gobierno.