Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Hernán
Bonilla

Presidente y fundador

El populismo uruguayo

29/08/2023

Apartir del triunfo de Javier Milei en las PASO de la vecina orilla se han realizado en nuestro país distintos análisis que apuntan a la imposibilidad de que un fenómeno de este tipo tenga lugar de este lado del Río de la Plata. La razón fundamental, se argumenta, es que tenemos un sistema de partidos estable que sigue concentrando a la enorme mayoría del electorado que no dejaría lugar para muchas sorpresas rumbo a 2024 Esto parece ser cierto. Sin entrar en el debate sobre la caracterización de Milei, no hay terreno fértil para un outsider con ideas populistas -de izquierda o derecha- que cree un nuevo partido de propuestas demagógicas peligrosas, lo cual es una buena noticia. La coyuntura política y económica de Uruguay es notoriamente distinta a la argentina y a la de otros países del mundo en que surgieron este tipo de candidatos, aunque eso no signifique que podamos dormir tranquilos en los laureles. Recientemente, casi en simultáneo, nos enteramos de que en medio de la campaña electoral que despunta tendremos dos iniciativas de recolección de firmas que intentarán lograr sendos referéndums para reformar la Constitución. Uno es promovido por el Pit-Cnt y por algunos sectores del Frente Amplio (con oposición de otros, por ahora) para anular el aumento gradual de la edad de retiro que estableció la reforma de la seguridad social, eliminar las Afaps y aumentar las jubilaciones mínimas. El otro, impulsado por Cabildo Abierto y algunos actores de escasa representatividad (por ahora), establece una tasa máxima de interés y un mecanismo de refinanciación de obligaciones sumamente ventajosos para los deudores. Ambas propuestas son ejemplos prístinos de populismo. Todos sabemos que los países con la expectativa de vida de Uruguay hace rato que tienen edades de retiro mayores a los 60 años y que no recorrer el camino de su incremento llevaría necesariamente a medidas notoriamente de peor calidad. Eliminar las Afaps es un absurdo también dada la experiencia nacional e internacional y proponer un incremento de las jubilaciones en un país donde la pobreza infantil es 10 veces la de los mayores de 65 no solo es un acto de demagogia electoral arquetípico, es también un mazazo para el gobierno que asuma en 2025. La iniciativa sobre las deudas y la tasa de interés recorre el mismo camino. Fijar una tasa de interés notoriamente más baja que la que establecen algunos mercados para determinados préstamos, verbigracia, no logrará reducir la carga financiera, simplemente dejará a mucha gente sin acceso al crédito formal y sus garantías. Establecer refinanciaciones forzosas de préstamos contraídos legalmente entre personas responsables no solo es con- trario a la certidumbre que brinda el Estado de Derecho, sino que generará incentivos perversos y una andanada de reclamos judiciales de todo tipo y color. Las dos propuestas, en caso de aprobarse, sumarán efectos sumamente preocupantes para el país: un agujero fiscal determinado en la Constitución y un golpe tremendo a un sistema financiero que no resplandece. Como vemos, el populismo peligroso no solo viene de los outsiders pintorescos, también de partidos ya conocidos de nuestro estable y sólido sistema de partidos.