Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Hernán
Bonilla

Presidente y fundador

Búsqueda y Marcha

22/11/2022

Recientemente el semanario Búsqueda conmemoró medio siglo de vida, un motivo de celebración para la prensa de nuestro país. Quizá a la hora de pensar lo que ha significado esta publicación, especialmente en sus primeras épocas dirigida por Ramón Díaz como órgano de difusión de las ideas liberales, solo aparece otro medio comparable, el semanario Marcha dirigido por Carlos Quijano. Aunque de perfiles nítidamente diferentes, estas publicaciones comparten también una característica; ambas interpelaron al Uruguay, sacudieron su habitual modorra y lo obligaron a pensar. No es casual que el Cr. José Pedro Damiani, con su proverbial capacidad para las frases célebres, bautizara a los redactores de Búsqueda como los “Quijanos de la derecha”. Si bien el apelativo “derecha” no sienta bien para definir la prédica de Búsqueda, es evidente que el fondo de la afirmación, vale decir, los “contrarios” a Marcha sí era esencialmente acertada. La comparación entre Marcha y Búsqueda fue abordada por Adolfo Garcé en La conciencia crítica desde Marcha a Búsqueda: “Ambos semanarios se ocuparon con profundidad y pasión de los problemas del Uruguay de la crisis. En ambos es posible hallar una extensa consideración de nuestros problemas económicos, políticos, sociales, culturales, ideológicos e internacionales.” Garcé marca también diferencias filosóficas; hay en Marcha una clara impronta de liberalismo francés (rousseauniano podría afirmarse) mientras que en Búsqueda hay una nítida impronta de liberalismo inglés (del tipo que proviene de la Ilustración escocesa, más específicamente). Existe en Marcha y Quijano una defensa pura y dura del socialismo que hoy por hoy es difícil de encontrar en nuestro país al menos frontalmente. Afortunadamente para el país Díaz resultó más influyente en el devenir político y económico que Quijano. El intento de Marcha para solucionar el estatismo vernáculo con más estatismo terminó naufragando mientras que el esfuerzo de Búsqueda por lograr mayores grados de libertad fue exitoso, aunque no en la medida que su fundador hubiera deseado. Existe otra diferencia, nada menor ni circunstancial; mientras que Búsqueda confiaba en que era posible reformar al país para que fuera más libre y próspero, y por lo tanto subyacía un tono optimista en la crítica dura, Marcha era decididamente pesimista sobre las posibilidades del Uruguay y, en este sentido contribuyó a generar el clima de su tiempo. Hay otro aspecto que separa la obra de estos dos referentes de nuestra prensa. Al releer a Quijano y a Díaz, especialmente al compararlos y constatar su vigencia, es quizá dónde se encuentre el mayor contraste. Marcha y Quijano han envejecido con el paso del tiempo, nos resultan extrañamente lejanos, insólitamente simplistas y estrepitosamente equivocados. El socialismo no solo no funcionó ni podía funcionar, terminó logró exactamente los fines opuestos a los que procuraba y resulta inequívocamente inmoral para quien aprecie la dignidad del ser humano, ayer, hoy y siempre. El mensaje de Díaz y su prosa, en cambio, nos resulta atractivo, su mensaje se mantiene vigente y su llamado convocante. Uruguay hoy es un país mejor gracias a que existió Búsqueda y no puede afirmarse lo mismo sobre Marcha.